El monacato ortodoxo

Uno de los grandes tesoros de la Iglesia Ortodoxa es el monacato. Aunque nació en Egipto, en seguida enraizó en las comunidades cristianas bizantinas, de manera que muchos de los monasterios bizantinos se levantaron en los primeros siglos, especialmente en Palestina y Asia Menor.

El monacato ortodoxo tiene como base las antiguas reglas de San Pacomio y de San Basilio. A este esquema fundamental y básico se añade el typicón o carta fundacional de cada monasterio. Este typicón describe los usos y costumbres propias de cada núcleo monástico.

El monje ortodoxo respeta unos horarios muy estrictos de oración, celebraciones litúrgicas y trabajo sin dejar de obrar la caridad y ayudar a los demás en la mayoría de los casos, pero completamente devoto a la castidad, pobreza y obediencia. En algunos casos hay un régimen más estricto de visitas aunque no del todo de clausura, como por ejemplo en los monasterios del Monte Athos. Individualmente también cada monje o monja puede optar por retirarse del todo de la vida común del monasterio como eremita, en oración, ayunos y penitencia, pero siempre bajo la custodia del abad y de su confesor.

Por lo demás, cada uno tiene sus tareas y obligaciones en la vida del monasterio, realizando diversos trabajos para la subsistencia en común.

La vestimenta es negra simbolizando su muerte para este mundo y del recetario de muchos monasterios falta la carne, aunque no falta la generosidad y la hospitalidad para cualquiera que les visite.

El arte es en el monacato ortodoxo obra exclusiva de los monjes y de las monjas. Generalmente muy poblados incluso en nuestros días, los monasterios fueron siempre un fuerte núcleo y taller para la escritura, la pintura o el bordado, de igual modo que alojaron seminarios teológicos, escuelas de niños o de niñas y residencias para los enfermos y/o para los ancianos.

El monacato ortodoxo tiene, y ha tenido siempre, un solo cuerpo monástico, según el espíritu de las reglas de San Basilio. A diferencia del monacato occidental donde existen diversas ordenes monásticas, en el monacato oriental hay unidad, aunque entre los monjes y los monasterios se den múltiples dedicaciones, según las circunstancias peculiares de cada monasterio o de cada centro monástico

En concreto, casi todo el territorio de Rumania esta repleto de esplendidos monasterios antiguos o nuevos que han vuelto a florecer después del cruel régimen comunista, y donde pueden encontrar muchísimos monjes y monjas jóvenes que dedicaron su vida a Cristo.

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